Historia del traje de flamenca por Marian Acebedo
El origen del traje de flamenca
El traje de flamenca o traje de gitana
era la indumentaria de la mujer andaluza de clase baja y de las gitanas
de finales del siglo XIX y comienzos de XX, que no era más que una bata
acompañada de volantes que usaban para la faena. Con motivo de la Feria
de Abril del ganado de Sevilla, muchas acompañaban a sus maridos
trasladandose de forma provisional en casetas de lona, las ahora
conocidas como casetas de feria, y usandos sus peculiares trajes para
lucirse en tan gran evento.
Lo que en principio era una feria de
ganado termino siendo una feria más bien de ocio y aquellas batas
engalonadas de la andaluza de clase baja, paso a ser un reclamo en entre
las señoras de más alta alcurnia, al poder lucir una prenda que
realzaba la figura femenina. Además la profesionalización del flamenco
con un vestuario enriquecido en tejidos y complementos en los
escenerios, encumbró aun más si cabe a esta vestimenta tradicional
andaluza.
El traje de flamenca dió un salto
vertijinoso a la moda, llegando a ser el identificativo de España por
todo el mundo. Un traje regional con la singuralidad de que varía y se
reinventa con nuevos tejidos, complementos, encajes, bisuterias,
volantes, mantones de manila... El traje de flamenca es conocido como
"cuerpo de guitarra" ya que realza y estiliza la figura femenina, y así
se fue transformando poco a poco en un marcado escote en pico, redondo o
cuadrado según la moda, para realzar el pecho femenino y ciñiéndose en
el talle para luego abrirse en la cadera con los volantes a forma de
clavel. Todo esto, acompañado de un peinado recogido en moño y con la
cara despejada viéndose los rasgos marcados y la extraordinaria
belleza de la mujer morena andaluza.
La evolución del traje de flamenca
El traje de flamenca conjuga tradición e innovación, pues si bien
conserva una estructura básica sustentada en un cuerpo entallado sobre
el perfil de la cadera y una falda de volantes, sobre este armazón la
creatividad fluye. A partir de los años noventa, tras una década de
trajes barrocamente recargados de encajes y cintas de raso, el traje de
flamenca, en un alarde de sencillez, se desvistió de adornos, almidón y
caderas escondidas, sufriendo una metamorfosis de la que salió vaporoso,
ligero y sensual. Telas sedosas, colores lisos y el sempiterno lunar
comenzaron a envolver a una mujer que luce todo su contorno bajando
talle y volantes, ya fuera desnudando los brazos o con ellos
pudorosamente cubiertos. Ya superado el segundo milenio, se vuelve la
mirada atrás y se rescata el popelín sin renunciar al talle bajo, se
parte el traje en dos piezas, se agranda el lunar... Un continuo
inventarse que implica de lleno a todos los
complementos,
es decir, a los avíos. Si un año se lleva la flor grande y baja junto
al moño, al siguiente pequeña y alta; si un año el pendiente de aro, al
siguiente de pera; si un año el mantoncillo con flores pintadas, al
siguiente de tela estampada..
El traje de flamenca y la industria
Y esta permanente reinvención obliga a sus portadoras a no perder ojo
de las claves de una moda que nace tanto en la máquina de coser de la
modista aficionada, como sobre todo en las cadenas de las ya grandes
firmas dedicadas a la fabricación de este peculiar atuendo. De hecho, el
sector ya mueve más de ciento veinte millones de euros (veinte mil
millones de pesetas) anualmente, según datos de la Asociación de
Empresarios de la Moda Flamenca, cifra cuyo grueso se reparten una
treintena de fabricantes concentrados principalmente en la provincia de
Sevilla. Muestra de la pujanza de este segmento es el Salón
Internacional de Moda Flamenca (Simof), organizado por la agencia de
moda Doble Erre y Hotel Alcora.
Alta costura. Y es que el traje de flamenca se ha hecho hueco
hasta en la alta costura como inspiración para modistos como Yves Saint
Laurent o los sevillanos Vittorio & Lucchino, que han llegado a
crear una exclusiva línea de trajes de flamenca. Este encandilamiento
también se ha extendido a la variante escénica del traje de flamenca,
pues si Francis Montesinos viste a Eva Yerbabuena, Armani viste a
Joaquín Cortés. La bata de cola almidonada de
Matilde Coral frente a las gaseosas batas de Sara Baras. Purismo frente a
renovación. El debate se cuela por todos los ámbitos susceptibles de
evolución.
Traje de Flamenca
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Y aquí os dejo una pequeña muestra de trajes de flamenca que se han lucido, se lucen y se lucirán en la Feria, porque es bien cierto que la mujer que se hace un
traje de flamenca este año, el siguiente repite modelo cambiando los complementos.
Esto sólo es una pequeña muestra de distintos
TRAJES DE FLAMENCA, algunos sin mangas, otros canasteros, con los volantes más pequeños, más grandes,...Todos ellos pensados para resaltar la figura de la mujer.
Traje rosa de la última foto de Rosalía Zahino.